Notas sobre el origen de la Guardia Nacional

El 11 de septiembre de 1846, el presidente en funciones, Valentín Gómez Farías, decretó la creación de la Guardia Nacional (GN). Urgía: el presidente con licencia, Antonio López de Santa Anna, trataba de construir un ejército capaz de enfrentar al enemigo extranjero que ya ocupaba vastísimos territorios del norte del país. Gómez farías pensaba que apelando al pueblo ya las regione, aún podría evitarse la debacle.

El decreto tiene tres implicaciones: que el ejército por sí solo es incapaz de enfrentar la agresión de una potencia enemiga; que el federalismo es un hecho y debe recurrirse a los recursos de los estados para enfrentar la crisis; y sobre todo, implica una recomposición de las alianzas políticas locales y nacionales.

Hay en el decreto, ideas clave: la GN estaba compuesta por ciudadanos iguales (igualdad y ciudadanía), y los oficiales y suboficiales serían elegidos por los individuos de sus compañías y estos elegirían a los jefes de cada cuerpo (democracia).

Esta recién creada GN sería el vehículo militar del triunfo de los liberales en las guerras civiles y extranjeras de 1854-186… pero no nada más.

La GN se convirtió en el instrumento de articulación entre la clase política regional y los representantes de los pueblos; entre la nueva generación de liberales y los pueblos y sus ayuntamientos.

La GN fue la matriz que propició acuerdos escritos y tácitos entre la élite regional y los pueblos. En los pueblos, la GN desplegó funciones de articulación propias de los partidos políticos modernos.

Al iniciar la guerra contra el agresor francés, los estados quedaron facultados para integrar la GN según su entender, y los mecanismos con los que esto se llevó a cabo permitieron esas articulaciones, así como una creciente aceptación de los postulados del liberalismo (igualdad, democracia, soberanía) por parte de pueblos hasta entonces francamente reacios a los mismos.

La GN fue una matriz en la cual se forjaron alianzas e identidades regionales rápidamente consolidadas y proyectadas a nivel nacional durante la intervención francesa para construir una nueva simbología nacional, secular y moderna… es decir, ese sentimiento de nación cuya ausencia lamentaban los prohombres de la inmediata posguerra del 48.

Si los mayores legados de la 2ª Transformación de México son las ideas de Igualdad ante la ley, y de Independencia y Soberanía, mucho le debemos a la GN.

No es nada raro que los grandes caudillos de la lucha contra los franceses (no hubo otro ejército que la GN entre 1863 y 1867) fueran de origen oficiales de la GN, como Jesús González Ortega, Mariano Escobedo, Porfirio Díaz, Vicente Riva Palacio, José María Arteaga, Ramón Corona, Gerónimo Treviño, Francisco Naranjo, Servando Canales, Luis Terrazas, Manuel García Pueblita… Y aunque algunos de los caudillos provenían de las filas del ejército de línea, como Ignacio Zaragoza y Nicolás Régules, aún esta minoría se había integrado a la GN durante la guerra de Reforma.

Pd: si en este breve texto hay buenas ideas, pertenecen Luis Medina peña y puedes encontrarlas en “La invención del sistema político mexicano”. Si hay malas ideas, son todas mías.

2 comentarios en “Notas sobre el origen de la Guardia Nacional

  1. La Guardia Nacional se debe de implementar cuidadosamente para beneficio del pueblo recordando la frase de MORENA «que solo el pueblo puede salvar al pueblo» en este México deteriorado por los gobiernos anteriores.

    En otro tema Pedro Salmerón mi nombre es Silvestre Ortega y del estado de Guanajuato en el mes de noviembre en Irapuato te invitamos a inaugurar el taller de formación política en santa Cruz de Juventino Rosas, Gto. y ya vamos en la tercera sesión a realizarse el 15 de febrero de 2018 a las 17:00 horas en el domicilio calle Benito Juarez 213 por lo que nuevamente se te invita cordialmente a acompañarnos si te es posible mi correo es silver_noria@hotmail.com

    esperando poder comunicarnos saludos y gracias de antemano.

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  2. Estimado Dr. Salmerón, ojalá pudiera hacer una reseña crítica del libro llamado «El libro negro de la nueva izquierda», de los argentinos Nicolás Márquez y Agustín Laje, dos derechistas argentinos, que vinieron a México a propagar la idea nefasta de la izquierda es intrínsecamente perversa.

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